Grupo de Investigación EMAR
Diariamente, los seres humanos se encuentran en un proceso continuo de toma de decisiones donde se presentan situaciones que pueden motivarlos a desviarse del compromiso. En este contexto, es usual que en las negociaciones surja el riesgo moral, tema principal a tratar en esta columna. Siguiendo los planteamientos de Paul Milgrom y John Roberts en su libro “Economía, organización y gestión de la empresa”, se buscará dar explicación a la problemática que acarrea la aparición de este fenómeno y las posibles formas de solucionarlo o prevenirlo.
El riesgo moral es una característica del comportamiento del ser humano, quien en ciertas circunstancias se ve tentado a realizar determinada acción ineficiente o de proveer información alterada, de forma que primen sus intereses individuales ante los de la mayoría. Por ejemplo, un vecino pone una red wi-fi libre de contraseña y así, sus vecinos estarán motivados a hacer uso de ella, saturándola y sin querer aportar nada para el pago, hasta que el sujeto termine cancelándola. Asimismo, el riesgo moral surgió en la vida cotidiana en el sector de los seguros, puesto que allí existe una tendencia de la gente asegurada a alterar su comportamiento, aumentando los costos dela aseguradora.Un individuo que tiene una póliza de seguro que cubre todo tipo de accidente sin ninguna penalización, está tentado a realizar actividades de riesgo sin medirse, ya que la aseguradora corre con todos los gastos.
El escenario presentado en el sector de los seguros se puede ver asociado a una gran cantidad de situaciones comunes y especialmente en el mercado de bienes, donde algunas empresas encuentran beneficioso fabricar productos de mala calidad, lo cual no es fácilmente detectable o visible. Por ejemplo, en los famosos centros comerciales colombianos, “Sanandresito”, se presenta generalmente un escenario en el cual los vendedores prometen artículos de alto rendimiento a un precio que aparenta ser favorable para el comprador, pero que probablemente resultará defectuoso. Los fabricantes pueden encontrar incentivos a no proporcionar la información completa y a obtener más ganancias a expensas de la pérdida del comprador.
En la teoría económica, el riesgo moral es un problema de asimetría de información que lleva a contratos ineficientes. Esta problemática se modela mediante una relación de principal-agente, en la cual el agente es contratado para actuar en nombre de un principal en defensa de sus intereses y delegándole cierto poder de decisión. Esta situación se presenta cotidianamente en las organizaciones donde los accionistas encargan a un administrador como responsable del manejo de la empresa, o en simples acciones que llevan a cabo los empleados.
Debido a esto, es importante tener en cuenta el efecto del riesgo moral en el comportamiento de los individuos al interior de una empresa. Generalmente, los empleados se ven tentados a utilizar su tiempo de trabajo en otras actividades como hablar por teléfono, chatear o concentrarse en otros asuntos; teniendo en cuenta que es complicado verificar que cada individuo esté haciendo su trabajo con eficiencia en todo momento. Igualmente, los administradores tienden a utilizar su capacidad de decisión para obtener beneficios personales a expensas de otros trabajadores, tales como bonificaciones extras, mejores oficinas o vacaciones más largas.Además, estas personas pueden tomar decisiones arriesgadas que sean buenas para la empresa en corto plazo, pero perjudiciales en el largo plazo.
Entonces, ¿cómo es posible controlar esta problemática si siempre existirán incentivos a actuar en beneficio propio? A lo largo de los años, se ha hecho necesaria la creación de medios para evitar el incumplimiento de acuerdos o de actos deshonestos. Una solución habitual en las corporaciones consiste en emplear parte de sus recursos para hacer un seguimiento, verificando que las personas actúen correctamente y según los acuerdos realizados.Así, disminuye la incertidumbre acerca de si la información es falsa o verdadera, los sujetos saben que un comportamiento egoísta puede ser detectado y se permite desarrollar un sistema óptimo de recompensas.
Otro método, que incurre en menores gastos, consiste en otorgar remuneraciones por medio de un contrato de incentivos, creando un sistema de compensación bien diseñado. Esto hace que los empleados usen distintas estrategias y habilidades como la creatividad, rapidez, lealtad, honestidad y otras características que los hagan competentes para sobresalir respecto a sus compañeros. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en algunos casos el desempeño de los individuos puede estar ligado a factores incontrolables como el funcionamiento de maquinarias, por lo cual se pueden generar inconformidades en los empleados.
Finalmente, existe otro método de control del riesgo moral que se fundamenta en eliminar el agente delegado y así evitar el problema de desconfianza, pero esto puede resultar complejo si la persona en realidad no sabe realizar de forma óptima una actividad determinada, y claro está, a nivel de una empresa, no puede abarcar todo lo relativo a ésta y terminará delegando actividades nuevamente.
En resumen, puede decirse que un agentetiene incentivos a incumplir con acuerdos, especialmente en los casos en los que sus acciones no son fáciles de observar y no son verificables. Debido a esto, las personas que disponen de información crucial y tienen intereses que difieren a los de las otras partes, pueden elegir aquello que los beneficie a expensas de los demás. Entonces, es necesario utilizar formas de control tanto en las empresas como en las interacciones de la vida cotidiana para que se pueda obtener el resultado esperado.
Bibliografía
MILGROM, P. y ROBERTS, J. (1993). Economía, organización y gestión de la empresa. Barcelona: Editorial Ariel.{jcomments on}