Autor: Carlos Andrés Espinosa Valencia- Profesional en mercadeo de la Universidad de los Llanos
Columnista de la revista digital PrimerNombre.com Contacto: editorial@primernombre.com
Hoy en día, una marca no sólo necesita ser conocida en su entorno para ser la que más venda, ¡requiere de una actitud brutalmente genial a la hora de atender a sus clientes!
Tiene que generar el efecto ¡WOW! a la hora de hacer la transacción, pero no precisamente cuando entregue la factura ¡No! Se trata de desmayar a punta de un servicio al cliente inusual, que incite a la recompra y los recomiende en su círculo social.
Se trata de originar múltiples sonrisas en el ritual de compra, desde que entra al establecimiento hasta que se va, pasando por la elección del lugar, evaluando los beneficios y comparando precios.
Se vale ser un poco más costoso
Así es, puede ser más “carito” que la competencia, pero si les muestra por qué su producto tiene ese precio, verá que racionalmente no van a percibir la diferencia y optarán por usted.
No base su promesa de valor en los pilares que “todo el mundo” cree imperativos: CALIDAD, PRECIO Y FUNCIONALIDAD.
Conviértase en líder de su categoría siendo pionero en experiencia de servicio; conquiste a sus clientes a través de planes personalizados que realmente los beneficien.
Recuerde que las personas compramos soluciones; depende de usted si es la más barata o la que mayor placer genera a la hora de comprar.
La estrategia que no falla
Transforme su naturaleza comercial hacia una actitud asistencial, en donde prime la voluntad servir y no de “atender” (palabra impuesta en la jerga comercial que al final obliga a los empleados a sonreír “a las malas”).
La muestra de afecto hacia cada persona que ingresa a su compañía será vital la siguiente vez que decida dónde realizar su próxima compra.
Para ser una marca querida, no se trata de “evangelizar” a sus colaboradores para que hagan algo determinado a través de largos entrenamientos hartos y aburridos.
Se trata de entender la razón por la cual cada empleado actúa de manera heterogénea y posteriormente hallar entre ambos (empresa y colaborador) la mejor forma para que se sienta cómodo, feliz y tenido en cuenta en las decisiones corporativas.
Primero desmaye -o haga suspirar- a sus colaboradores a punta de acciones de agradecimiento, en donde como empresa usted le diga: “Gracias por elegirme, gracias por pertenecer a este equipo de trabajo y gracias por seguir en este ambiente laboral”.
Una vez los prive (no de un soponcio) ¡ellos se encargarán de desmayar a los clientes a punta de experiencias de compras absurdamente estupendas!
Créditos fotografías: Unsplash
Otros artículos del autor:
https://primernombre.com/2018/06/08/lo-que-los-emprendedores-creen-saber-de-marketing/
https://primernombre.com/2018/06/01/el-fin-de-semana-que-todo-cliente-desea-tener/