Caminas por el centro de la ciudad, sin importar el día, la hora, ni la razón del por qué estás ahí, pasas al lado de una vitrina y observas todo lo que no necesitas y lo que no has estado buscado pero que sientes la urgencia de tenerlo. Puede que ya tengas un celular pero tus instintos te piden la nueva versión, o de pronto poseas varios pares de zapatos en tu armario pero te desvives por obtener unos nuevos.
He aquí tu espíritu de consumo encauzado por una sociedad alienada de la cual se espera un crecimiento en la producción de bienes y servicios, siendo la publicidad masiva la encargada de hacer esto posible, ella vende valores como el amor, respeto, belleza, pureza etc. y los asocia con un producto o servicio, también crea necesidades en las personas que están muy lejos de ser las primarias.
Las distintas naciones históricamente han buscado acumular riquezas, con el fin de alcanzar un crecimiento económico, para ello tienen como principio el acaparamiento de metales preciosos. El valor de un bien o servicio se crea tras existir una carencia, y monetizándolas es que se consigue fortuna material con el fin único de satisfacer al hombre. Las sociedades han sido seducidas por el deseo de aumentar la producción, considerando el consumo como un eslabón que permite crecer.
La tasa marginal, es la cantidad adicional del consumo efectuado dada una variación en el ingreso, este crece a una tasa menor que la de crecimiento, dado que no todo ingreso es destinado al consumo. La misma sociedad enajenada induce a aumentar la demanda que a su vez hace que las curvas de consumo sean desplazadas, reduciendo cada vez más la brecha entre crecimiento y consumo marginal, llevando a los individuos a gastar mayores porciones de sus ingresos en bienes no primarios.
Pero debemos reflexionar si la apropiación de bienes y servicios se mantendrá en la perpetuidad, son varios los pilares que hacen hoy en día posible su aumento continuo. El incremento en los niveles de renta, la reducción en los costos de producción dado los rendimientos a escala, las mejoras tecnológicas, la posibilidad de endeudamiento que permite las instituciones financieras, hace que las empresas se lucren cada vez más. La existencia de materias primas inagotables a corto plazo pero inexistentes en el largo, son las que ponen en riesgo el consumo futuro de la sociedad y por ende el crecimiento que tanto anhelan las naciones.
Los individuos realizan distintos tipos de esfuerzos, no siempre los mas placenteros, para obtener ingresos los cuales la mayor proporción está destinada al abastecimiento de productos, muchos de ellos innecesarios, sin embargo el apetito de bienes materiales lleva a que las personas acepten niveles de endeudamiento cada vez mayores, comprometiendo el consumo futuro del mismo, destinando las entradas posteriores al pago de estas deudas, pero como poseer ingresos no siempre es estable, en un largo plazo la cancelación de los compromisos no será siempre efectivo.
Los gobiernos también buscan una capacidad máxima de endeudamiento que en muchas ocasiones supera los niveles permitidos. Entonces las solicitudes de créditos representan un riesgo a la estabilidad del funcionamiento económico. Muestra de ello son las recientes crisis mundiales originadas por el desequilibrio financiero.
Como resultado a los estímulos de consumo, el uso de materias primas es incesante provocando escasez prematura y presión ambiental la cual aumenta los costos sociales. Si bien aun contamos con recursos estos no son infinitos, ejemplo de ello es que en Colombia las reservas existentes de petróleo son insuficientes para autoabastecerse después del 2020, y aunque el carbón colombiano representa la quinta reserva más grande del mundo esta no durara más de 100 años. Si no se realizan desde ya acciones que disminuyan estos niveles de consumo o no se encuentran distintas fuentes, la sociedad presentará un eminente colapso en la estructura económica actual que aparenta ser inamovible.
Si el endeudamiento llega al máximo y los materiales comienzan a disminuir aumentando los precios de los bienes y servicios, la demanda agregada deberá retroceder reduciendo el consumo y desquebrajando la base del crecimiento. Pero de forma adicional a eso, encontraremos altos niveles de contaminación a nuestro alrededor imposibilitando inclusive el vivir en buenas condiciones, y esto se debe a que no encontraremos agua potable, ni siquiera seremos como el hombre de las cavernas, porque el gozaba de un ambiente sano.
El hombre se ha caracterizado por encontrar soluciones a los obstáculos históricos, y que mejor estrategia que avecinar el futuro para cambiar acciones del presente, aunque muchos sostienen el idealismo utópico que presenta la teoría de kuznets, donde los países deben focalizarse en crecer porque supuestamente si un país en desarrollo genera altos niveles de contaminación “cuando sea desarrollado la contaminación se reducirá y sus esfuerzos ambientales aumentaran”.
Esta teoría no es consciente de la degradación ambiental que genera la contaminación de un país en el momento en el que está buscando el desarrollo, de esta misma manera las potencias mundiales ya afectaron el ecosistema y continuaran dañando el ambiente aunque la explotación de materias primas por parte del hombre ya no esté presente.
Si la estructura social del hombre desea continuar existiendo debe generarse un cambio en el consumo, no reduciéndolo dado que se disminuye el crecimiento y un descenso en el desarrollo se traduce como un deterioro en la calidad de vida. La segregación destruye la dignidad del individuo por esta razón el consumo debe enfocarse en salvaguardar los recursos de los cuales dependemos para sobrevivir, aportándole al crecimiento y desarrollo sostenible en donde exista un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
Pensar en energía y recursos renovables no es una ilusión. La tecnología y las personas han demostrado que pueden traspasar fronteras si se lo proponen, pero solo si redireccionamos esfuerzos en una misma causa social y no particular la sostenibilidad de los estados será viable. {jcomments on}