La lectura es una herramienta fundamental para el trabajo intelectual, ya que pone en acción la mente y agiliza la inteligencia. Además, aumenta nuestra cultura y nos proporciona información incrementando nuestra Imaginación, leer trae consigo muchos beneficios en los cuales está el intercambio de información y conocimiento.
El doctor Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN (Sociedad Española de Neurología), explica que numerosos estudios hechos sobre el tema han demostrado que la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, pues ayuda a la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales estimulando la concentración de las personas.
Adicionalmente, preserva el buen funcionamiento de nuestro cerebro cuando envejecemos porque la acción de leer actúa como protector de los síntomas de enfermedades, como Alzheimer y demencia.
Por otro lado, a través de la lectura podemos viajar y trasladarnos a mundos que nosotros construimos, sin tener que movernos del lugar en el que estemos; leer nos permite imaginar escenarios maravillosos y mágicos los cuales serían impensables en la realidad.
No obstante, el proceso de lectura refuerza y desarrolla otras tareas del aprendizaje como el mejoramiento en la ortografía, redacción y el vocabulario.
Sin embargo, en la actualidad estamos expuestos la mayoría de veces a recibir información distorsionada a través de los medios de comunicación masivos, especialmente en sitios de internet, es necesario tener presente que el contenido ofrecido no es siempre seguro.
Las recomendaciones para evitar acceder a artículos sin credibilidad es mirar que contenga una amplia bibliografía, verificar que la pagina sea oficial, mirar quién o quiénes tienen acceso a edición en la pagina, viabilidad en los enlaces, entre otros aspectos.
Si contamos con información confiable podremos adquirir conocimiento mediante la lectura para lograr tener la mente activa.
El decrecimiento de la lectura ha estado expuesto a la insatisfacción de los adolescentes al encontrarse ajenos a los temas, por lo cual denotan que leer es aburrido y se ejerce por obligación más no por gusto dejando esta actividad en un segundo plano, junto a consecuencias como falencias en la habilidad lectora y el control de la lengua.
En una de las encuestas realizada por el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) sobre el consumo cultural, en el año 2.014 menos de la mitad de los colombianos leyeron libros, lo que corresponde a un 51,6%, de ellos confirman no haber leído libros en el último año.
Por otra parte, un 48,4% si lo hizo, pero con estos últimos se encontró que solo habían leído un libro en el año, los datos arrojados por las encuestas expresan que se debe al desinterés en la actividad.
Sin embargo, las estadísticas reflejaron que las personas entre los 12 a 25 años leen más, y un 50,9% corresponde al sexo femenino, lo que quiere decir que en promedio la población colombiana consume 4,2 libros al año.
La propuesta para mejorar el hábito de la lectura es implementar lecturas con más frecuencia a través de campañas de motivación, como “Leer es mi cuento”, “Leer libera” y “El Plan Nacional de Lectura y Escritura” las cuales son unas de las estrategias en Colombia, que están lideradas por el Ministerio de Cultura, teniendo como propósito incrementar los niveles de lectura en los estudiantes y del país en general.
De esta forma, se logra que los niños, jóvenes y adultos colombianos lean y escriban más, incorporando la lectura y escritura en su vida cotidiana, centrándose en diferentes géneros de literatura como ciencia ficción, fantasía, terror, buscando el gusto de cada persona, para así lograr la satisfacción futura de leer por gusto.