Edinson Fabián Ardila, Economista en formación de la Universidad Industrial de Santander
Posiblemente exista un cuestionamiento entorno a la forma como toman las decisiones los agentes racionales, frente al mercado mundial y los distintos factores que en un entorno netamente diversificado los afectan. Aspectos como la cultura, la política, la economía son las bases de una sociedad con comportamientos que no son racionales, desarrollándose ámbitos de psicología humana, que en un marco de crecimiento y progreso, se tornan como el pilar de las fluctuaciones de la economía entera. Es así que cualquier preferencia por incrementar su capital los lleva a tomar acciones y decisiones en pie a convicciones de un sistema socialmente corrupto.
Naturalmente la economía no solo es movida por motivaciones racionales, dado que los agentes no siempre se mueven por estímulos económicos y mucho menos con comportamientos racionales. En donde las creencias de los individuos y sus predilecciones por optimizar sus beneficios llevan a que cualquier cambio brusco por obtener algo se vuelva muy evidente a la hora de gestionar un mercado y volverlo más competitivo, a pesar de que enmarcado en un sentido más global este se vea inmerso en un sin número de factores que lo afecten.
En efecto, el mercado mundial tiene muchos aspectos que lo mueven, pero en esencia es el deseo por hacer valer sus creencias lo que hace que un marco más preciso impulse el sistema económico actual. Por ende observamos como las crisis transcurridas a lo largo de la historia se ven marcadas por esa esencia egoísta de acumular cada vez más capital, sumergida a su vez en un mundo de alta corrupción. Llegando a un punto, en que es claro notar que mucho mercados son activados por agentes irracionales, en donde por ejemplo los casos de los mercados financieros tienen una índole de creación de incentivos para gestionar incrementos progresivos de dineros en pequeñas manos.
Por ende encontramos como los bancos a pesar de estar en un estado de quiebra no son desamparados por las economías locales y de igual modo salen al rescate de estos, enmarcados así por la búsqueda de evitar que las personas pierdan la confianza en depositar sus dineros en los mercados financieros, y consigo no dejando que la economía en su totalidad se derrumbe haciendo que la crisis llegue al estado más crítico posible.
De igual modo, se encuentra el mercado bursátil de la economía mundial, en donde es incentivado por la confianza de las personas en el sistema y su necesidad por un enriquecimiento constate, basándose así en cada una de las creencias en la que los agentes están inmersos. Encontrándose en una búsqueda constante de portafolios que desarrollen diversificaciones accionarias, en donde, se abarquen mercados en plena recuperación, los cuales nos presenten fronteras eficientes y puntos máximos en el que el accionista maximizara sus rendimientos y su nivel de inversión.
En definitiva la economía es un mundo inmerso en la psicología racional del ser humano, enmarcada por la exploración hacia el progreso creciente de factores que en su sistema central se vuelven importantes. De esta manera se observa que cada creencia, preferencia, o decisión impuesta por un agente es suficiente como para cambiar el rumbo económico global.