La llamada “Hipoteca Inversa” es una alternativa financiera para que aquellos adultos mayores de 65 años puedan acceder a un flujo de ingreso después de haber dejado de trabajar.
En teoría, es para las personas que, al superar determinada edad, no pueden continuar laborando y no lograron obtener una jubilación con una pensión que les asegure su sustento económico.
Entrando en profundidad
Sin embargo, en Colombia, la alta tasa de informalidad laboral hace que personas quienes trabajaron por 30 o 40 años, no tenga acceso a ninguna fuente de ingreso estable en su vejez. Por ende, la población de adulto mayor es bastante vulnerable a condiciones de pobreza.
Si bien, el gobierno otorga un subsidio con el fin de mitigar esta situación y hacer más llevadera la vida de los abuelitos colombianos, es bien sabido que esto no es suficiente.
Así que ahora, desde Presidencia se anunció que la “hipoteca inversa” es una nueva alternativa para que aquellos ciudadanos de más de 65 años tengan una renta vitalicia poniendo como respaldo sus viviendas, o en otras palabras a cambio de su casa.
Y es que, un adulto mayor que no trabaja y no tiene pensión está excluido del sistema financiero, y si no tienen ingresos, ni familiares que los apoyen la única alternativa que les queda es vender sus bienes y posiblemente irse a vivir en arriendo o a un ancianato.
Con esta nueva modalidad de crédito se pretende que puedan hipotecar las viviendas recibiendo un ingreso hasta el último día de sus vidas, dando en compensación la vivienda a la entidad bancaria que le haya realizado el desembolso.
Lo malo
Los riesgos son que la renta sea inferior a lo que debería percibir por una deficiente valorización, y también que las tasas de interés sean demasiado altas, así como la aparición de otros costos financieros asociados, que impidan o que sea inviable cancelar la hipoteca para recuperar la vivienda.
Finalmente, esta política refuerza la debilidad de esta población, en la que el estado no garantiza condiciones de vida digna, sino que fuerza a quienes tengan viviendas a ponerlas en manos de entidades financieras, las cuales seguramente aprovecharan para obtener beneficios.
Un ejemplo del fracaso en la aplicación de esta normativa es España, en donde no funcionó.
Pero bueno, amanecerá y veremos como termina esta propuesta, que tiene más dudas que certezas. Y ha causado polémica en los últimos días.