RONALD DUARTE Magíster en Filosofía y Economista de la Universidad Industrial de Santander (UIS)
El pensamiento es múltiple (1). Pero su multiplicidad abarca mucho más que una condición aritmética o que el sentido gramatical de lo plural. Es múltiple en tanto que vincula también la idea de unidad. Efectivamente, no una unidad univoca sino una unidad plural. Es pensamiento es múltiple por ser un territorio común que agencia relaciones diferentes. La unidad unívoca corre el riesgo de convertirse en dogmatismo y la pluralidad aritmética en banalidad. En ese orden, la multiplicidad del pensamiento consiste en su capacidad de conectar diferentes percepciones sensoriales, emocionales o racionales generando un fenómeno al que llamaremos idea (2).
La idea es un intervalo temporal en que dichas conexiones permanecen estables. Es decir, la idea, es un lugar, físico o no, en donde una multiplicidad de percepciones se relaciona configurando sentido por un tiempo determinado. Pero, a pesar de que la idea estabiliza la multiplicidad de percepciones divergentes, el pensamiento es múltiple, porque es dinámico y en el momento en el cual las conexiones que configuran una idea se rompen asignificantemente, se forma una nueva idea o un nuevo territorio estable, con un nuevo sentido, propensa también a una nueva ruptura de conexiones. A demás, el pensamiento es múltiple porque incluso en la unidad que se ha denominado Ser, convergen conexiones dinámicas, que en el caso de lo humano, emanan del mismo lugar en donde se conectan.
Definitivamente el pensamiento no es el único componente que configura el conocimiento ni tampoco el más importante (3). Pero, la idea de conocimiento, entendida en el mismo sentido que en el párrafo anterior, es propensa de la dinámica de la estabilización y la ruptura de las conexiones que la conforman. De tal manera que dependiendo de la conexión estable en un lugar común, de las diferentes percepciones de lo que implica conocer, dependerá la idea de conocimiento que regirá ese periodo específico. Esto último es conocido en la Academia como corrientes del pensamiento. Un ejemplo de ello es el positivismo jurídico que difiere del naturalismo o el liberalismo económico que difiere del mercantilismo o el materialismo histórico que toma distancia de la fenomenología.
Una ruptura de importancia para la contemporaneidad con respecto a la idea de conocimiento se da a partir de la Modernidad y el nacimiento de la Economía política. Esta implica un agenciamiento de conexiones antes no existentes: la moderna visión mecanicista del mundo (4) que provocó la racionalización de las actividades humanas (5) y la especialización de la labor (6), derivaron en el nacimiento de una nueva idea de conocimiento que se basaba en la técnica como herramienta de producción. Conocer en la Modernidad, implica(ba), en su relación con la economía, descubrir las leyes que dominan la naturaleza con el objetivo de ser dominadas por los hombres para sus intereses productivos. De esta manera surgen disciplinas hasta ese momento no pensadas y se renuevan otras en función de la nueva idea. El ejemplo contemporáneo más evidente para lo anterior es la moderna teoría del capital humano en donde el conocimiento es una variable de la función de producción.
Están dados los criterios, aunque apresuradamente, para argumentar cómo la idea de conocimiento derivada de la Modernidad y potencializada por la Economía política afecta la multiplicidad del pensamiento acorralándolo a una univocidad de sentido; a la rígida estructura jerárquica de significado que acompaña la formación profesional actual.
Detengámonos un poco para explicar lo anterior. La idea de conocimiento moderna se gesta a partir del método cartesiano en el seno de la tradición occidental. Este método lógico establece la duda como la manera de acceder a la verdad y deriva la existencia de este principio. En dicho método, el sentido es otorgado lógicamente por una categoría superior que cumple el papel de significante y ésta a su vez debe ser axiomática. Por ejemplo, el concepto de riqueza en Economía política estipula que la riqueza es un exceso de satisfactores sobre las necesidades. Lógicamente, el significado de la pobreza toma sentido de la riqueza y la pobreza es la ausencia de satisfactores con respecto a las necesidades (7). Esta forma particular de acceder al conocimiento menoscaba la multiplicidad del pensamiento en la medida en que, por fuera de considerar que la pobreza es una escasez de satisfactores, para seguir con nuestro ejemplo, todo pensamiento será categorizado de ilógico por la tradición occidental, a menos que se signifique del elemento jerárquicamente más importante.
Por lo anterior, la idea del conocer, que expusimos párrafos atrás, imposibilita la multiplicidad de conexiones propias del pensamiento. Todas las formaciones profesionales que se basan en la técnica como herramienta de producción están significadas en un conocimiento de las leyes de la naturaleza para uso humano, pero esa idea de conocimiento no permite cualquier otro pensamiento que no se derive lógicamente de ella. El ser humano, permítaseme repetir, significa capital productivo en la moderna teoría del capital humano, nada diferente del significado de la máquina. Ahora bien, las consecuencias principales de esta univocidad de sentido radican, verdaderamente, en una tergiversación de la realidad que se piensa y una imposibilidad de reconocimiento de un espacio de encuentro de lo múltiple.
La idea de conocimiento moderno que asume la Economía política termina en un dogmatismo racional que supone que todo puede ser significado económicamente. En nuestro caso, dado que estamos tratando el conocimiento, puntualizaremos en la educación o en la “formación profesional”.
La cantidad plural de diversas disciplinas que generó la especialización de la labor y la racionalización de la acción humana, por muy plural que sea, emanan todas del mismo sentido: la especialización genera excesos de satisfactores sobre consumo; de tal manera que entre más especializadas sean las labores, por lógica, más exceso de satisfactores existirán. La formación profesional busca, por lógica, especializar el conocimiento y las habilidades de quienes se forman en una disciplina. La ingeniería de mercados, como disciplina contemporánea nos sirve de ejemplo, se especializa de manera tal la labor, para hacerla lo más productiva posible.
La formación profesional así concebida ha dejado de formar Seres, que como aseguramos al principio son múltiples en tanto que pensamiento, para adiestrar autómatas en oficios específicos que reducen considerablemente su capacidad de pensar dado que esta última sólo tiene una dirección: la del significante supremo, la producción.
Pero el pensamiento no deja der ser múltiple porque una idea de conocimiento lo reduce a la univocidad. Recordemos que el pensamiento es también múltiple en tanto que dinámico y en consecuencia la idea de conocimiento que fractura la multiplicidad perderá su estabilidad temporal para dar paso a otra que agencie relaciones diferentes. Siguiendo con nuestro ejemplo sobre la pobreza, en la actualidad la vieja lógica que estudia este fenómeno como ausencia de satisfactores ya se ha roto. Ahora, la pobreza es también entendida como una herramienta política, una consecuencia histórica, una condición psicológica y hasta una explicación epistemológica de lo no-necesario. Que no necesariamente comparte un significante común. Esto nos da a sospechar, que la multiplicidad del pensamiento está reformulando la vieja idea del conocimiento y está permitiendo otro tipo de conexiones.
Con todo lo anterior como criterio, dos pregunta se hace necesaria: ¿Qué elementos posee la formación profesional para contrarrestar la univocidad de conocimiento? ¿Cómo es posible mantener la multiplicidad del conocimiento aun en la especialización de la labor? Es necesario, para lo segundo, el mantenimiento de ese punto común de encuentro entre las diferentes percepciones a fin de que una en particular no termine por convertirse en significante supremo. Es necesario que los contenidos curriculares, por especializada que sea la formación profesional, abarque saberes que no estén significados lógicamente con el objeto de estudio, pero que permitan ese lugar común en donde el conocimiento se haga múltiple.
Con respecto al segundo interrogante, son las ciencias humanas que, al aportarse en su totalidad a la formación profesional, generan esta multiplicidad que, como ya dijimos, es necesaria para evitar la univocidad que termina por convertirse en dogmatismo racional. ¿Qué le aportan, entonces, las humanidades a la formación profesional? Se aportan ellas mismas en su totalidad como un elemento más de las conexiones del pensamiento, evitando con ello que el sentido sea único y la multiplicidad del pensar desaparezca.
No se trata de que las humanidades sumen aritméticamente más conocimiento que el especializado en las distintas disciplinas; por ese motivo, desde nuestra óptica, no es posible identificar un aporte en particular o asegurar que la ética, o la política, o el conocimiento histórico sean el aporte principal de las humanidades a la formación profesional. De hacerlo, estaríamos incursionando en el terreno que intentamos debatir, en la medida en que estaríamos reduciendo de la multiplicidad a la univocidad de sentido de lo que las humanidades significan (8). Por el contrario, al asegura que las humanidades se aportan en su totalidad como un elemento de conexión del conocimiento, estamos posibilitando que la fuerte estructura jerárquica de significante y significado de la tradicional formación profesional, permita relaciones con saberes que en la contemporaneidad manifiestan algunas rupturas asignificantes con la tradición univoca.
1. La referencia a la multiplicidad del conocimiento que aquí se realiza, estará justificada en el concepto de Rizoma desarrollado por Gilles Deleuze como crítica a la tradición occidental. Este concepto no fue explicado por motivos de extensión pero puede leerse en: DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Félix. Mil Mesetas: Capitalismo y Esquizofrenia. Trad. José Vázquez Pérez. Valencia. PRE-Texto editores, 2002, p. 9-29
2. Idea como estabilidad, para diferenciarlo de otras definiciones
3. Esto ocurre porque el conocimiento está conformado, a parte del pensamiento, de la cosa conocida y de los elementos que posibilitan la aproximación a ella, como la memoria (artificial y natural) y las herramientas que potencian los sentidos como el microscopio. Desafortunadamente no podemos entrar en detalle respecto a esto.
4. Un importante estudio sobre este tema se puede encontrar en: NAREDO, José Manuel. La economía en evolución: historia y perspectiva de las categorías básicas del pensamiento económico. 3ra Ed. Madrid. Siglo XXI editores, 2002
5. Weber asegurará que: (…) hay, por ejemplo, “racionalizaciones” de la contemplación mística (…) como los hay de la economía, de la técnica, del trabajo científico, de la educación, de la guerra de la administración (…) el proceso de racionalización, pues, se ha realizado en todas partes y en todas las esferas de la vida. WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Trad. Luis legaz. Barcelona. Ediciones península, 1969, p. 17
6. Sobre la división de la labor y su explicación racional puede verse: SMITH, Adam. Naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. 2da. Edición. Trad. Gabriel Franco. México. Fondo de Cultura Económico, 1958 p. 4-19
7. Un trabajo personal anterior ayuda a argumentar esta idea; véase: DUARTE, Ronald. Un análisis rizomático de la pobreza: una lectura a Smith desde Deleuze. Tesis de maestría en filosofía Universidad Industrial de Santander, 2011, p 15-24
8. No estamos asegurando con esto que las humanidades, por el mero hecho de serlo, sean múltiples. (Incluso es bien conocido como a partir de la modernidad las ciencias humanas se volvieron univocas como la economía, por ejemplo) Estamos asegurando que las humanidades permiten la multiplicidad de pensamiento. {jcomments on}