Es innegable que en las últimas semanas nos ha cambiado radicalmente la vida. Es complejo entender que este tiempo que pasamos en casa, para evitar el contagio del coronavirus, sea obligatorio. Se entiende también que voluntariamente es muy difícil que las personas permanezcan en sus hogares, pero debería ser así.
En un futuro la historia no se debería repetir. Este momento histórico (nunca visto) debe ser espejo retrovisor para tomar acciones conscientes en situaciones similares.
Porque eso es lo que nos duele: no poder salir ya que alguien o algo nos obligó, cuando en realidad deberíamos ser nosotros mismos quienes tomáramos la decisión de permanecer en aislamiento voluntario.
Este tiempo me ha permitido entender que vamos tan a la ligera en la vida que dejamos pasar lo realmente importante: cuidar la salud, valorar la familia, hablar con los amigos, y en sí, dedicarse tiempo a uno mismo.
Después de la cuarentena haremos reflexión, si cada uno, en su hábitat, aprendió de la situación que vivimos actualmente.
El reciclaje del deporte
Soy optimista frente a la medida de aislamiento total como medida de prevención de la propagación del virus. Sé que es una decisión acertada, aunque se queda corta cuando de beneficiar a los más necesitados se habla. Pero, ¿qué ha pasado con eso que consideramos cotidiano en nuestra vida?
Algo tan social y habitual como el deporte, en sus distintas disciplinas, se ha visto afectado (como todo en el mundo y Colombia). Y es que estar en casa y ver los canales deportivos con contenido reciclado, porque simplemente no se puede jugar, es complejo de asimilar. O por lo menos para mí, que soy un asiduo fanático.
Y aquí se abre un debate que he visto frecuentemente en los medios de comunicación y redes sociales ¿Qué pasará a nivel mundial después de esta pandemia?
Las implicaciones son muchas: economía en crisis, inflación, sistemas de salud debilitados, crisis social, entre otras. Y el deporte no queda exento de ello, ¿qué va a pasar con todas las ligas, torneos y certámenes aplazados?
Deporte en el mundo: más dudas que certezas
La discusión pasa por algo muy particular: ¿Cómo definir un ganador? porque no se tiene certeza de cuándo se pueda retomar la actividad competitiva ¿Será mejor declarar un título desierto en el fútbol? quizás ¿Dar por sentado que aquel equipo que marchaba primero en la clasificación sería el campeón?
O ¿Acortar las competencias para cumplir con el calendario deportivo? ¿Aplicar aplazamiento de los futuros torneos y terminar las que estaban en marcha? Éstas son algunas de las preguntas que surgen y que aún no un tienen veredicto final.
Lo anterior aplicado al fútbol. Pero, ¿y qué pasa con el tenis? por el momento se cancelaron todos los torneos hasta el mes de junio. Toda la gira de polvo de ladrillo no se jugará.
Recién retomarán (si mejora la situación mundial) a partir del 8 de junio cuando inicie la temporada de césped.
Una posible y temporal solución
¿Qué pasa con los puntos del ranking ATP y WTA? al parecer le encontraron una solución: congelar los puntos. No defenderlos. Los que ganaron o perdieron puntos en 2019, solo podrán defenderlos en el 2021, a diferencia de Roland Garros (el segundo Grand Slam del año) que se jugará del 20 de septiembre al 4 de octubre; una semana después de terminar el US Open (31 de agosto al 13 de septiembre).
Todo esto para poder cumplir con el calendario deportivo. Pero no deja de ser abrupta la decisión de jugar dos majors en 5 semanas. Si es que se juega.
De los otros deportes como el baloncesto, el panorama no es más alentador. Aplazaron la NBA hasta nuevo aviso.
El ciclismo, también fue suspendido. Y las otras competencias que aún no empiezan, como la Formula 1, el fútbol americano o Moto GP fueron aplazados por un tiempo prudente y esperan comenzar recién pase esta catástrofe mundial.
Covid-19 y los deportistas
Estas son algunas de las implicaciones que ha tenido el Covid-19 en el deporte. Y estamos hablando de una pequeña porción de la cultura, como es el entretenimiento y espectáculo deportivo.
Pero no se pueden exponer la salud de los jugadores, directivos, entrenadoras y aficionados para dar alegría a otros miles de personas.
Sería muy insensato pensar (además de egoísta) que las actividades deportivas se deberían realizar a puerta cerrada (como algunos propusieron en un principio y que no dio resultados), pues por naturaleza son ejercicios de contacto (en su mayoría). Y eso es lo que se debe evitar, en este momento, a más no poder.
Casos de coronavirus en el deporte ya se han dado. La NBA ha sido carne de cañón. Empezó con el caso de Rudy Gobert (jugador de los Utah Jazz), que desembocó en la suspensión de la competencia. Y se han conocido muchos más jugadores afectados de equipos como Los Ángeles Lakers, Brooklyn Nets y Boston Celtics.
El fútbol, también ha tenido sus víctimas, sobre todo en Italia donde el virus ha sido demasiado agresivo (en parte por el poco cuidado de la sociedad), y que espero veamos como ejemplo.
Y eso es lo que debemos entender: absolutamente nadie está libre de contraer el coronavirus. Todos estamos expuestos. Por eso, no salir de la casa y aplicar las recomendaciones médicas que nos hacen es la mejor solución.
Los invito en las próximas tres semanas a reflexionar, aprender, desaprender, compartir y cuidar todo aquello que dejamos pasar por el afán de la vida.