Soy cristiana y apoyo los acuerdos de paz, a pesar que algunas congregaciones a las que asisto no lo hagan, y mis amigos insistan en convencerme de lo contrario, aunque otros prefieren no participar en “política”, como ellos dicen.
Soy consciente del juego de intereses particulares, tanto de las personas que apoyan el Si como de las que votaron por el No, también sé que muchos no se dan cuenta de puntos en los acuerdos donde se tiende a confundir términos, como género.
Esto genera debate dentro de las iglesias, es más cuando me contaron sobre la llamada ideología de género no podía creerlo por la no compatibilidad con el tema, pero los micos a veces se cuelan según he aprendido a lo largo de la historia política colombiana.
Así que busqué los artículos en conflicto y llegue a la conclusión que cuando hay intereses personales todo se presta para malinterpretación y lastimosamente muchos incautos caen.
El problema radica en que el concepto de género se podría situar dentro de un escenario con implicaciones jurídicas de fondo pero es simplemente psicosocial y en este caso la ideología de género no se representa en los acuerdos de paz sino que se toca para buscar que todos seamos participes de los mismos, independientemente de los gustos sexuales.
Sin embargo, quiero aclarar que sigo creyendo en los principios y valores de la familia tradicional, igual que muchos individuos de la comunidad LGBTI que también lo hacen, y no quieren casarse ni tener hijos.
Además, la comisión de diferenciación de género, se refiere a la mujer víctima de delitos por su condición, por eso será especial pero lo que muchos no entienden es la necesidad de la institución por la cantidad de procesos abrumadores y su complejidad, no es cuestión de “feminismo nazi”, como algunos denominan este tipo de prácticas.
No obstante, oro para que el gobierno y el grupo guerrillero de las FARC lleguen a un acuerdo, no porque muchos de los miembros lo merezcan, sino porque las victimas necesitan cerrar el ciclo liberándose de odios y rencores, perdonando, transformando su contexto social y ser reparadas.
También apoyo los acuerdos de paz, por los niños y adolescentes, incluso adultos que se vieron obligados a pertenecer a esta guerrilla porque no vieron otra opción de sobrevivir, por amenazas o engaños y quieren una nueva vida.
http://www.pulzo.com/nacion/mujer-deserto-farc-pide-perdon-ayuda-antanas-mockus/PP128157
De forma racional entiendo aunque no lo comparto, que los miembros de las FARC obtienen su sustento ilegalmente por medio de extorsiones, secuestros y el narcotráfico por esta razón después de abandonar estas actividades necesitan un ingreso económico.
Además, lastimosamente se cede porque es un acuerdo no una rendición y en este mundo para tener algo hay que dar algo a cambio. En este caso se les dará a los ex guerrilleros menos de un salario mínimo mensual por dos años y por una vez 2 millones de pesos para un proyecto productivo.
Finalmente, otra de las razones bastante preocupante dentro de la comunidad cristiana son los ritos indígenas realizados antes de iniciar cada sesión de negociaciones, muchos hablan de consagración del país al lado equivocado y no a Dios.
Cuba se caracteriza por este tipo de prácticas, pero considero que a pesar de las tradiciones el ambiente y las personas ahí reunidas no tienen relación con ello y ni siquiera lo comprenden, entonces no le veo razón ni sentido para hacer dichos rituales.
En este caso, miembros de las iglesias los instó a orar y consagrar el país, todo el proceso de paz y los acuerdos a Dios quién es más poderoso.
No quiero discutir con mis amigos y conocidos de las iglesias explicándoles a cada uno mi posición, son grandes personas que me han ayudado en momentos difíciles por eso preferí escribir mis argumentos por este medio.
Quiero decirles que confío en la soberanía de Dios y oro por Colombia y la terminación del conflicto con las FARC. Dios me ha demostrado con mi vida que las cosas siempre se hacen a su manera cuando decidimos lo que deseamos, se lo ponemos en sus manos para que finalmente Dios nos sorprenda y todo se dé mejor de lo que esperábamos.
Confió en Dios y le pido que sea él dirigiendo este proceso, transformando o cambiando algunos artículos, si tiene que realizarlo, e implementándolos según su voluntad. Recuerda que Dios solo interviene cuando hay oración y sé que él hará realidad el deseo de paz de muchos colombianos.
Daicy Celiani Echeverri Castillo
Comunicadora Social y Especialista en Gestión Pública
Directora revista Primernombre.com